Nunca hay Que Bajar Los Brazos
1. Lo peor es el hubiera. En unos años o una década más, al mirar atrás, el peor sentimiento sería de remordimiento de decirte a ti mismo: “¿por qué no lo intenté con más determinación? Imagínate a varios años de distancia, y ponte en los zapatos de tu yo futuro. ¿Qué le dirías al yo del pasado? ¿Qué consejos le darías para que intentara con más fuerza, inteligencia, decisión?
2. Ya hubo quienes lo lograron. Una de las cualidades de las personas más exitosas es su capacidad de modelar el éxito de quienes ya lo lograron. Hay que recordar que el éxito deja pistas y esas pistas están claramente documentadas en libros, entrevistas, cursos, pláticas y asesorías personales.
Identifica un modelo a seguir, ya sea una persona conocida de tu entorno inmediato, un experto o una figura histórica. Ahora investiga cuáles son sus estrategias de éxito. ¿Qué pensó, qué hizo, en qué persona se convirtió para lograr aquello mismo que tú quieres lograr? Ahora decídete a seguir sus pasos.
3. Tú puedes inspirar a otros. ¿Te has puesto a pensar que existen miles y hasta millones de personas que tienen el mismo problema o reto que tú? ¿Qué pasaría si tú te conviertes en guía para esas personas? ¿Cómo podrías tú facilitarles el camino de realización personal, familiar, laboral, etc.? El vivir en carne propia ciertas problemáticas y resolverlas te califica especialmente como inspiración para miles de personas. Puedes convertirte en especialista y ayudar de forma profesional.
4. Hasta que no perseveres. Existe una satisfacción única cuando un niño finalmente aprende a caminar, a andar en bicicleta, o a manejar por primera vez. Dicha satisfacción es la que nos mueve a ser creativos, persistentes, hasta alcanzar las metas. Persevera en tus metas, intentando nuevas fórmulas, de ser necesario. La perseverancia no implica lograr tus objetivos con un sólo método. Se creativo en tu forma de proceder, siempre abierto(a) a nuevos enfoques. Y eso sí, persevera.
5. Siempre hay una manera. La fuerza de voluntad tiene el poder para mover almas y naciones enteras. Cuando utilizas la verdadera fuerza de tu ser, te conectas al Poder Supremo que no te pone más límite que tu imaginación y tu intención.
Cuando tomas la determinación de lograr algo, encuentras el camino, encuentras los sí’s, las personas, la ayuda, los medios, en suma, encuentras la forma de lograr aquello que te propones.
¿Qué sucede cuando no te queda otra opción más que cumplir un objetivo, requisito o proyecto? Encuentras la manera. Decídete hoy a no rendirte y da en este momento el primer paso.
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